Hacia la mitad del siglo 18, James Delamain, un joven de Irlanda, emprendió un viaje para aventurarse en las tierras francesas, que había dejado su ascendiente en el siglo anterior. James descubrió los paisajes de Charente, donde se instaló para crear una familia y establecer su casa. Desde entonces, 11 generaciones de Delamain se han establecido en Jarnac.
El viaje en Grande Champagne
En el corazón de Cognac se extiende un país de valles cubiertos de viñas, con un suelo muy calcáreo, que se nombra Grande Champage. Los Cognac que se producen ahí son los que mas reputación tienen: envejecen más tiempo, con el fin de llegar a una complejidad sin comparación.
El viaje en el tiempo
A la sombra de las barricas, las “Dames–Jeannes”, las botellas son diseñadas para proteger nuestros aguardientes de Cognac muy viejos, que han llegado a maduración. Son invitaciones para emprender un viaje en el tiempo. A pesar de que sus etiquetas se hallan vuelto amarillas a lo largo de los años, su gollete (degüello) está cuidadosamente sellado para evitar toda evaporación: en efecto, estos tesoros de otro siglo, irremplazables y de gran precio, son consumidos en ocasiones excepcionales. La degustación de estos viejos Coñacs nos transporta a la época de los baúles y de carreteras preparadas para bellos viajes.
Este Cognac de la Grande Champagne es de otro tiempo, es fruto de un asamblaje de diferentes millesimes algunos de ellos del S.XIX, por lo que su producción es muy limitada concretamente de 500 botellas para todo el mundo.
Delamain Le Voyage ofrece un abanico de sutiles sensaciones: el perfume de los cueros de Rusia, el aroma almizclado de los trópicos, el de los tabacos de América, de los cafés de África que preceden a notas de especies de Oriente y, en fin, el de las uvas de las costas de Grande Champagne. Este Coñac se presenta en una garrafa de cristal de Baccarat de formas muy puras nacidas del fuego y de la transparencia de las sílices, engarzada en su escriño (estuche) de cuero.
Nos complace compartir con ustedes el gran examen que Pablo Pacults, de Robert Parker, escribió sobre Le Voyage de Delamain.
Pulido en cobre / color rojizo anaranjado y de impecable pureza. Bellos aromas a chocolate blanco, albaricoques secos, frutas tropicales, principios de regaliz, aromas de toffe Inglés, crema de mantequilla, cáscara de naranja cubierta de chocolate, y mermelada; se podría fácilmente saborear este clásico durante todo el día. Paladar vibrante, agridulce, y moderadamente aceitoso, a medio paladar es largo, exuberante, y de gran profundidad, con un sabor final que incluye sabores a caramelo, ciruelas, pasas, y toques como a un antiguo jerez. Finaliza elegantemente con mucha fuerza. Una joya cuyo carácter nunca se desvanece.