Las 37 hectáreas de viñedo
de Cheval Blanc, se extienden hasta los límites de
Pomerol. De forma poco usual en la zona la variedad mayoritaria
es el Cabernet Franc con un 57%, seguida de Merlot, 41%, y
Cabernet Sauvignon y Malbec, con un 1% cada uno. La edad media
del viñedo supera los 4o años, aunque hay cepas
de más de 70. Los rendimientos nunca superan los 4o
hectolitros por hectárea.
La bodega es un palacete del siglo XIX, rematado por una torre
poliédrica y protegido por un pequeño bosque
de abetos, pinos y cipreses.
Una carta de Belleyme escrita en 1764 demuestra que en esa
época la finca tenía una importante superficie
de viñedos. Hasta 1832 perteneció al antiguo
feudo de Figeac, pero ese año Ducasse compra las 16
hectáreas de viñedo iniciales a Félicité
de Carles-Trajet, que tenía la propiedad casi abandonada.
En 1850, su hija Henriette Ducasse contrajo matrimonio con
el heredero de los Fourcaud-Laussac y aporta las viñas
como dote. Ellos, en 1871, aumentan el viñedo hasta
las 37 hectáreas actuales. A su muerte, en 1893, queda
como único propietario su hijo Albert Fourcaud-Laussac.
La finca ha estado siempre en manos de esa familia, hasta
hace muy poco, cuando los 42 herederos decidieron venderla
a Bernard Arnault propietario del grupo LVMH, y a Albert Frére,
industrial belga, por una cifra récord en Burdeos,
que ponía el precio de la hectárea en 3,8 millones
de euros.
Las numerosas gravas del viñedo
marcan el carácter del vino. Hay tres tipos de suelo:
arenoso sobre subsuelo de arcilloso, gravas también
sobre subsuelo arcilloso y gravas profundas. El subsuelo tiene
un alto contenido en arcilla, que facilita una excelente regulación
hídrica.
La fermentación de cada parcela se realiza en depósitos
de cemento de 50 a 100 hectolitros y la maceración
dura de tres semanas a un mes, según las características
de la añada. El prensado se hace mediante una prensa
hidráulica vertical. La fermentación maloláctica
se hace en los depósitos de cemento.
El ensamblaje se realiza en el mes de febrero siguiente a
la vendimia. La crianza se realiza en barricas totalmente
nuevas, procedentes de 4 tonelerías diferentes, y dura
unos 18 meses. Elegante, rico y profundo, es a la vez concentrado
y fino.
LES VINS DE BORDEAUX, 1995 p.827,
R.Parker
El Cheval Blanc es sin lugar a dudas
uno de los grandes vinos de Burdeos. Durante la mayor parte
de este siglo, nadie ha podido quitarle el primer lugar en
la jerarquía de Saint-Émilion y está
considerado como el mejor vino posible de la denominación.
Antes de que Château Ausone empezara a mejorar, hacia
mitad de los años 70, Cheval Blanc estaba solo como
portaestandarte. Es un vino de una personalidad remarcable.
La propiedad se encuentra en el límite de Pomerol,
la que comúnmente se llama las gravas de Saint-Émilion,
un simple foso separa el viñedo del de "La Conseillante",
no hace falta mucho para que se acuse a Cheval Blanc de producir
un vino más parecido a Pomerol que a Saint-Émilion.
Se encuentra entre los ocho grandes de
Burdeos, y es probablemente el que ofrece la fase de madurez
más prolongada; habitualmente
es ya delicioso cuando se embotella, pero tiene también
la capacidad de envejecer largamente (en los buenos años)
y ninguno de los primeros Crus de Médoc puede igualarlo
en este punto. Solo Haut Brion se le acerca en este campo
de la precocidad y longevidad, cuando todo va bien, es lo
suficientemente complejo, armonioso e intenso para envejecer
de 20 a 30 años. Para mi Cheval Blanc es Cheval Blanc
y no se parece ni a un Pomerol ni a ninguno de Saint-Emilión.
Hay que decir que las cepas, con un 60%
de Cabernet Franc, 33% de Merlot y una pequeña parcela
de Malbec 5% y 1% de Cabernet Sauvignon, es muy inhabitual.
Ningún otro Château de importancia alcanza este
porcentaje de Cabernet Franc. Por tanto, curiosamente, esta
cepa alcanza su mejor nivel en estos suelos gravosos, de arena
y arcilla, sobre una base rocosa rica en oxido de hierro,
que produce un vino extremadamente rico, complejo, intenso
y opulento.
Por otra parte, Cheval Blanc presenta
también la originalidad de estar en las manos de la
misma familia, los Fourcaud-Laussac, desde 1852. Hasta 1989,
el propietario heredero de esta línea y que ha vivido
en el Château, era Jacques Hébrard, este hombre
de figura imponente se fijó como objetivo llevar todavía
más alta la reputación del Cheval Blanc.
El color rubí intenso, se descubre
cuando el año es favorable. Una opulenta riqueza, un
carácter afrutado, cerrado, voluptuoso, saboroso, y
curiosamente es fácil de beber cuando es joven. Su
bouquet es particular; en su mejor nivel, Cheval Blanc es
más perfumado que Margaux; desarrolla los sabores de
mineral y de menta, también de especias exóticas,
de tabaco y de frutos negros, a la vez muy maduros y muy intensos.
El degustador se confunde a menudo y a veces abusa de ésta
magnifica exhibición de sabores precoces, cometiendo
el error de predecir que el vino envejecerá mal, de
hecho, en los años ricos y generosos; Cheval Blanc
evoluciona excepcionalmente bien. Pero parece ser del dominio
común que una buena parte de las botellas se consumen
bastante antes que el vino pueda ofrecer toda su majestad.
El Cheval Blanc es capaz de producir,
un vino voluptuoso y exótico de una riqueza y de una
profundidad fuera de lo común. Sin embargo, en ciertos
millésimes, se muestra como uno de los más decepcionantes
de los 8 grandes Château de Burdeos. Tanto es así
que no ha sido particularmente afortunado en los años
60 y 70. Por el contrario y en revancha y llevando una atención
mucho más estricta en los detalles de la vinificación,
Jacques Hébrard ha conseguido situar su vino en él
más alto nivel durante los años 80. Es necesario
citar los 81/ 82/83 que constituyen la más bonita trilogía
de la propiedad después de los espléndidos 1947/
1948 y 1949.ss
Avec Haut-Brion, Cheval Blanc demeure
l'un des deux vins les moins chers des huit grands.
|