Todo comenzó en 2003, un año excepcionalmente caluroso, que era un problema para los viñedos del norte de Louis Roederer, revelaba por primera vez determinados viñedos un notable potencial.
Situado en el corazón de las laderas Cumières, Hautvillers y Vertus de suelos arcillosos calcáreos, este conjunto de parcelas no tuvo ninguna dificultad para resistir el calor y la sequía del verano de 2003. Los viñedos producieron uvas aromáticas, intensas y equilibradas. El resultando son vinos que se elaboran por separado, parcela por parcela, se caracterizan por un vencimiento aromático óptimo, una textura cremosa, y una vibrante frescura.
Una convergencia de varios factores inusuales produció unos vinos densos, casi astringentes con una increíble frescura: rendimientos moderados, una cosecha rápida, menos trasiego debido a las altas temperaturas durante la cosecha del verano en 2003, y la ausencia de chaptalización y fermentación maloláctica, combinado con la fermentación de forma única en barricas de madera.
Esto animó a llevar a cabo una serie de ensayos de embotellado. Los vinos fueron afinados en 2003, 2004 y 2005, que culminó con la elección de la vendimia de 2006.
